Harta de las llamadas de los Bancos. No más SPAM telefónico.

Cuando era pequeña soñaba con el día en que tuviera mi propia tarjeta de crédito, débito, departamental o la que fuera. Me imaginaba pagando con ese artefacto mágico que sustituía al dinero. Incluso me sentía importante cuando mi mamá me daba su tarjeta para que yo fuera a sacar dinero en el cajero automático. Ahora tengo mi cartera llena de tarjetas, tantas que ya no me caben, y ya estoy harta de que me hablen por teléfono ofreciéndome servicios y productos que no me interesan. También me molesta que cuando voy caminando por la plaza me interrumpan preguntando que qué tarjetas de crédito manejo (¿qué les importa?) y me quieran mostrar que la mía es un fiasco y la suya tiene tantas virtudes que debería cambiarme a su banco. Lo que sí puedo presumir, es que soy una excelente pagadora, jamás de los jamases me atraso. Pero eso no significa que no me estén llamando día y noche para molestarte ofreciéndome seguros y demás, con el pretexto de que cuento con un excelente historial crediticio. O sea, si soy mala pagadora y les debo, me tendría que aguantar mil llamadas de cobranza; pero como no me atraso y siempre pago, me tengo que aguantar que me quieran encasquetar servicios que no quiero. ¡Nunca estás libre de ellos!

Hable más fuerte, que tengo una toalla.

Hable más fuerte, que tengo una toalla.

Al principio escuchaba toda la letanía que decían antes de que te dejen hablar, pero después de escucharla unas 30 veces comencé a hartarme, ¿cómo es posible que no puedan anotar en el nombre de uno que ya le hablaron mil veces y que NO NOS INTERESA? Siempre he intentado ser lo más educada posible. Entiendo que quien llama sólo está haciendo su trabajo, pero llega un punto en que una se cansa de tener que escucharlos. Son unos 4 minutos de tener que oír toda la sarta de cosas que tienen que leer, y las llamadas se vuelven muy prolongadas porque no pueden simplemente dejar que digas “No quiero”, tienen que preguntarte la razón y dar una respuesta a cada una de las respuestas que les das. Entonces comencé a cansarme y a dar pretextos imaginarios para que al menos yo me riera un poquito y ellos entendieran que no quiero su servicio. Hay tantos pretextos que les he dicho para que entiendan que no me importa su llamada, y que no quiero nada de lo que me ofrecen que les compartiré algunas contestaciones que he dado:

  • No tengo dinero, soy pobre y aunque me cobren sólo 20 pesos al mes es un lujo que no me puedo dar. Haga de cuenta que soy tan pobre como María Mercedes.
  • Acabo de dormir a mi hijo y su llamada casi lo despierta, lo odio tanto que le voy a colgar y no me llame.
  • Hable más fuerte que tengo una toalla. (Esto sólo lo entenderán los fans de Los Simpsons, los que no, les dejo el link) Lo gracioso de este pretexto fue que la señorita efectivamente levantó la voz ¡Jajaja!
  • No puedo dar ninguna información, por motivos secretos. Tan secretos que si se los digo tendría que matarlo.
  • Disculpe ¿es urgente? Estoy haciéndole una felación a mi esposo y su interrupción es molesta.
  • Soy millonaria, no necesito de su préstamo.
  • Soy dueña de una compañía de seguros, no quiero su seguro.
  • Me gusta vivir al límite y con riesgos, eso me mantiene joven, no necesito un seguro que me cubra porque ya no sentiré la adrenalina que corre por mis venas ahora que estoy desprotegida.
  • Tengo personalidad múltiple y hoy no soy a quien llama.
  • Huyyyy esa es mi rola, escúchela. (y pongo el auricular en las bocinas con música, hasta que cuelgan)
  • (Cuando cuelgo sin avisarles) Operadora–Creo que se cortó la llamada Yo-No, yo te colgué a propósito y lo volveré a hacer una, otra y otra vez. *Click*
  • Y bueno, eso ayuda a sobrellevar las llamadas, pero desafortunadamente no acaba con ellas. Entonces fue que me puse a investigar sobre cómo evitarlas para siempre.

Y no encontré una solución “para siempre”, pero sí una que dura 1 año. La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) creó hace algunos años el Registro Público de Usuarios Personas Físicas (REUS) que es una base de datos en la cual te inscribes para evitar que recibas llamadas o información de Instituciones Financieras para promover productos y servicios financieros. Te puedes dar de alta en ella mediante 3 opciones:

  1. Por teléfono:  Al 01 800 999 8080 a nivel nacional o al 5340 0999 en el Distrito Federal y Área Metropolitana desde el teléfono que quieras restringir.
  2. Vía Electrónica: Registro REUS
  3. Ir directamente a las oficinas de la CONDUSEF.

Hace 2 semanas y media que me inscribí Vía Electrónica, y vaya a ser coincidencia o no pero ya no he recibido ninguna llamada. Si se inscriben, ojalá y sea tan efectivo como me resultó a mí.

¿Conocías este servicio? ¿Cómo reaccionas cuando te hablan por milésima vez para ofrecerte algo que no te interesa?

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